El Audi SQ5 fue el primero de la familia S en pasarse al diésel. Tras un breve interludio en el V6 de gasolina durante la generación anterior, volvió rápidamente al TDI. Mientras que el Q5 recibió un lavado de cara el verano pasado, ahora le toca al SQ5.
Bajo el capó, encontramos siempre el V6 3.0 TDI, aunque pierde 6 CV. para mostrar ahora 341. pero el gran punto fuerte de los motores diésel es el par motor y aquí estamos servidos porque siempre es de 700 Nm. El SQ5 ha adoptado un turbo modificado con una turbina más pequeña, el par motor llega ahora a 1.750 rpm (antes 2.500 rpm).
El 3.0 utiliza pistones de hierro forjado en lugar de aluminio, lo que reduce la pérdida de calor sin añadir peso, indica el concesionario Crestanevada. Una micro-hibridación de 48V sigue en el programa para una mayor suavidad a bajas revoluciones y algunos decilitros de ahorro de combustible (consumo de combustible anunciado entre 8,2 y 8,7 l / 100 km). Las prestaciones siguen siendo de primera categoría, ya que este SQ5 es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en 5,1 segundos, mientras que su velocidad máxima sigue estando limitada electrónicamente a 250 km/h.
El SQ5 se mantiene fiel a la transmisión automática tiptronic de 8 velocidades y a la tracción total Quattro. Esto último favorece al eje trasero, ya que el 60% del par motor se envía allí por defecto, frente al 40% del eje delantero. En caso de pérdida de adherencia, la parte trasera puede recibir un máximo del 85% del par y la delantera hasta el 70%.
El chasis está rebajado 30 mm respecto al Q5 y puede equiparse con una suspensión neumática opcional (que permite variar la altura de la carrocería) o un diferencial deportivo que acelera la rueda exterior en las curvas, en beneficio de la agilidad. La dirección también puede ser sensible a la velocidad, pero para ello tendrás que volver a consultar el catálogo de opciones.
Su aspecto no se ha transformado, pero sigue siendo diferente de la generación anterior a primera vista. La parrilla cambia sus barras cromadas por un patrón de nido de abeja, mientras que el salpicadero delantero es más agresivo con grandes tomas de aire (sólidas, sólo están ahí por motivos estéticos). Los faros rediseñados cuentan con la tecnología Matrix LED y una nueva firma luminosa. Los cambios son menos pronunciados en la parte trasera. Sin embargo, las cuatro salidas de escape redondas vuelven a ocupar el lugar de los anteriores tubos ficticios, y las luces están unidas por una sutil barra de aluminio mate.
Una vez dentro, no se sentirá fuera de lugar porque los cambios son sutiles. Lo único que notaremos es que la alcántara ha sido sustituida por una nueva tapicería de tela de microfibra hecha principalmente de plástico reciclado. Los clásicos logotipos S están repartidos por todo el habitáculo (umbrales de las puertas, asientos, volante…) mientras que el salpicadero se mantiene sin cambios con la pantalla central de 10,1 pulgadas y el panel de 12,3 pulgadas tras el volante. El maletero de 520 litros y el asiento corrido de la banqueta siempre gustarán a las familias.