El equilibrio entre el trabajo y la vida privada es importante, pero gestionar una pequeña empresa es una gran responsabilidad. No es raro tener que anteponer el trabajo a la diversión. El verano puede ser una época difícil para encontrar un momento para relajarse: los niños están de vacaciones, la familia y los amigos están de visita, o usted puede estar preparándose para un otoño muy ocupado.
Por desgracia, trabajar muchas horas, los fines de semana o los días festivos puede conducir rápidamente al agotamiento y al agotamiento. La flexibilidad es una de las muchas cosas que nos gustan de ser autónomos, así que ¿por qué no aprovecharla al máximo?
Tomarse unas vacaciones puede ayudarle a desestresarse, a renovar su energía y a volver a casa renovado y listo para centrarse en su trabajo. Sigue estos cuatro consejos de la Asesoría Juan Bautista para disfrutar de tus vacaciones sin tener que preocuparte por tu negocio.
Planificar con antelación
Planificar las vacaciones con antelación es casi una obviedad, pero puede ser fácil pasar por alto detalles importantes. Programe tiempo para trabajar con antelación en las tareas más importantes o completar los proyectos abiertos antes de irse, incluso si eso significa dedicar algunas horas extra. Si eres nuevo o acabas de empezar, considera la posibilidad de estar más disponible para tus clientes en las semanas previas a tus vacaciones. No querrás dar la primera impresión de que te tomas unas largas vacaciones en época de crisis.
Del mismo modo, evita aceptar nuevos proyectos justo antes de marcharte. Si se presenta una gran oportunidad, comprueba si puedes empezar a trabajar después de tu regreso, o añade una cláusula en tu contrato para fijar el tiempo de vacaciones.
Habla con tus clientes
Mientras que los empleados tradicionales pueden establecer su correo electrónico fuera de la oficina, empacar y salir a la calle, tomar tiempo libre como independiente requiere un poco más de comunicación. Asegúrese de establecer las expectativas con los clientes con bastante antelación al tiempo de vacaciones previsto.
Hazles saber lo que pueden esperar: ¿estarás completamente fuera de la red, o comprobarás el correo electrónico de vez en cuando? Si surge una situación urgente, ¿cómo pueden ponerse en contacto contigo?
Una vez que estés de vacaciones, sé coherente y cumple lo que dices. Si empiezas a desviarte de tu plan respondiendo a diario a los correos electrónicos o contestando a las llamadas telefónicas, los clientes esperarán un tiempo y una atención similares la próxima vez que estés fuera.
Si trabajas con otros contratistas o diriges a empleados, asegúrate de que las funciones y las tareas están claramente definidas. Uno o dos días antes de marcharte, vuelve a hablar con tus clientes para recordarles si tienen alguna pregunta o petición de última hora.
Establezca sus propias expectativas
Aunque es una buena práctica de comunicación establecer reglas básicas para tus clientes, establecerlas para ti mismo puede ser igualmente importante. Decide con antelación cómo quieres estar conectado y piensa en lo que es realmente factible e ideal para ti.
Si te sientes cómodo desconectándote por completo, ¡genial! Asegúrate de desactivar las notificaciones relacionadas con el trabajo en tu teléfono y tu portátil para no tener la tentación de trabajar mientras estás fuera. Por otro lado, si sabes que evitar el trabajo a toda costa te estresará y te preocupará, reserva bloques de tiempo específicos para revisar tu correo electrónico o tu buzón de voz de la empresa, tal vez unos minutos cada mañana, o media hora dos veces a la semana por las tardes. En lugar de responder a los correos electrónicos de inmediato, escribe tu respuesta, guárdala como borrador y envíala cuando vuelvas. De este modo, podrás plasmar tus pensamientos e ideas sin tener que iniciar una conversación completa.
Volver a la realidad
Tener un plan para cuando vuelvas de las vacaciones puede ayudarte a estar tranquilo y permitirte concentrarte en relajarte. Antes de marcharte, haz una lista de los proyectos o pedidos abiertos en los que estás trabajando, dónde has dejado cada uno y qué hay que hacer cuando vuelvas.
Otra buena práctica es crear un día de descanso entre el momento en que vuelves a casa y el día en que empiezas a trabajar. Utiliza este día para responder al correo electrónico y ponerte al día con las tareas pendientes. Saber que tienes este tiempo extra te ayudará a aliviar la presión de revisar el correo electrónico y responder a los clientes mientras estás fuera.
Recuerda que necesitas y mereces un descanso. Serás un mejor trabajador con algo de tiempo para refrescarte y resetearte, así que deja la culpa en casa. La libertad de la independencia y de ser dueño de tu propio negocio es estresante de una manera única; asegúrate de tener en cuenta las razones por las que trabajas tan duro.